El otro día alguien me preguntó ¿Por qué gastas tanto en las clases de baile de tu hija? Pues tengo algo que confesar, yo no pago por las clases de baile. Personalmente el baile es algo que realmente no me interesa.
Nací en una familia con 4 hermanos varones y «El Cascanueces» tenía totalmente otro significado para mí. La primera vez que fui a ver el Lago de los Cisnes fue para quedar bien con una chica que después se convirtió en mi esposa (punto para el ballet!)
Entonces si no me interesa el baile, ¿por qué pago clases de ballet para mi hija y mi esposa?
Pago por esos momentos donde mis niñas están tan cansadas que ya no pueden más, pero vuelven a hacerlo una vez más.
Pago por los días que mi hija llega «muy cansada» de la escuela y no quiere ir a clase pero 15 minutos antes se apura a hacerse el chongo para llegar a tiempo.
Pago para que mi hija aprenda a pegarse menos en los muebles, a moverse con más gracia y a cuidar su cuerpo.
Pago para que – a diferencia de muchos colegas en el trabajo- aprenda a trabajar en equipo, sepa cómo manejar la frustración, y no falte a ningún ensayo aunque sólo le toque ser una de las aldeanas de relleno.
Pago para que mi hija aprenda a ponerse metas y a trabajar arduamente todos los días por conseguirla y que sepa el esfuerzo que implica hacer algo bien hecho.
Pago por que mi hija añore estar frente a un escenario que frente a una televisión.
Por mi esposa pago para verla practicar frente al espejo mientras tararea números, palabras o yo qué se. Por verla sonriente, más suelta, comiendo sin sentirse culpable, por llegar emocionada a contarme que le salió el paso «padeburé».
Sé que vale la pena lo que pago cuando alguien le pregunta cómo van esas clases de ballet y automáticamente ella se endereza, estira el cuello, levanta el mentón y las cejas aunque solo conteste «ahí van, ahí van».
A muchos papás deben hacerles la misma pregunta. ¿Por qué pagas por el fut? ¿Por qué van tanto a natación? ¿Cuánto gastaste en el equipo de americano? Tampoco es que tu hijo vaya a ser el próximo Brady.
Tampoco mi hija es la que mejor baila en su grupo ni va a dedicarse a ser bailarina profesional -o quién sabe-. Pero creo que en el fondo todos sabemos que lo que estamos «gastando» es realmente una inversión por sus futuros y por su felicidad.
Publicación original por Shad Martin, traducción e interpretación por equipo Casa de Danza.
Casa de Danza México 
ALGUNAS MADRES VEN QUE TIENEN UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD EN LA VIDA CUANDO TIENEN HIJAS ; Y TRATAN A TODA COSTA DE IMPONERLES ALGO QUE ALGUNA VEZ ELLAS MISMAS NO LOGRARON CONCRETAR . POR UN TIEMPO VI QUE MI NENA QUE YA ESTABA EN EDAD ESCOLAR LE GUSTABA ESTE ARTE , AL CUAL GUSTOSA COMPRABA LOS ATUENDOS DE BAILE Y PARTICIPABA CON ELLA EN ESTA DISCIPLINA ; ACOMPAÑANDOLA EN TODO , MAS CUANDO SE GANO UNA BECA PARA SEGUIR CONTINUANDO ELLA LA RECHAZO POR QUE YA NO QUERIA SEGUIR , PRIORIZANDO SUS DESEOS DE INGRESAR A UNA ACADEMIA CIENTIFICA ; GUSTOSA ACEPTE EN SU DECISION ; AUN CUANDO LA COORDINADORA ME PEDIA QUE LA DEJARA EN SUS PRACTICAS . MI MOMENTO YA PASO Y SI DE ALGUNA MANERA YO NO CONCLUI CON MIS PROPIOS DESEOS , NO QUERIA VERME PROYECTADA EN MI HIJA … ES SU VIDA Y ES ELLA LA UNICA QUE PUEDE ELEGIR BAJO MI SUPERVICION LO QUE DESEA REALIZAR O PRACTICAR …A VECES EL EGOISMO DE LOS PADRES LLEGAN A TORTURAS INCREIBLES !!…..SOLO DESEO LLEGAR SER UNA ANCIANA ACOMPAÑADA DE HIJOS AGRADECIDOS Y QUE ME DEMUESTREN SU CARIÑO …Y NO SE SIENTAN OBLIGADOS A ESTAR CON PADRES QUE NOS LOS DEJARON SER NIÑOS CUANDO LO MERECIAN !!!….
Me gustaMe gusta